En el gobierno lo tienen bien en claro: las chances reeleccionistas del presidente Mauricio Macri dependen en gran medida de la estabilización del dólar y de una merma significativa de la inflación tras el 47,6% registrado en 2018, la más alta en 27 años.
Y hasta el momento en ninguno de los dos frentes el plan acordado con el FMI parece estar rindiendo frutos. Sólo en frebrero el peso se depreció cerca de un 9% frente al dólar mientras el INDEC informó que en enero la inflación llegó al 2,9%.
A este escenario se suman las previsiones de las consultoras privadas que, lejos de anticipar una camino descendente en el ritmo inflacionario muestran una aceleración de los precios.