Pereira terminó herido de muerte, con una puñalada en el
corazón. El propio Sandro lo llevó en su auto al hospital, pero no pudieron
hacer nada para salvarlo.
Todo ocurrió en la ciudad de Andresito, provincia de
Misiones, en la frontera con Brasil. La víctima trabajaba allí como chofer de
camiones que transportan yerba mate.
El caso, que es investigado por el juez de Instrucción de
Puerto Iguazú, Martín Brites, genera sin embargo muchas dudas entre los
familiares de Pereira, quienes sostienen que se trató de un homicidio
planificado.
En la noche del sábado, los tres habían salido juntos.
Después de recorrer varios bares y centros nocturnos, ya en la madrugada del
domingo emprendieron el retorno a sus casas.
El primero en bajar del auto fue Pereira. Sandro siguió
viaje hacia el barrio Quintas Bajas para llevar a Cintia.
Por causas que todavía se desconocen, cerca de las 6 el
joven decidió ir hasta el domicilio de su novia, con quien mantenía un vínculo
desde hacía más de dos años. Apenas se aproximó a la vivienda notó que se
hallaba estacionado el Ford Fiesta de su amigo.
Entonces, Pereira irrumpió en el dormitorio -la casa estaba
cerrada sin llave- y sorprendió a su novia en la cama junto a Sandro. De
acuerdo al testimonio de este último, la víctima habría intentado atacar a
Cintia con un cuchillo que tomó de la cocina.
Sandro se interpuso y, en medio de un forcejeo, le clavó el
puñal en el corazón. La lesión no fue profunda, pero causó una profusa
hemorragia.
El amigo de la víctima no demoró en auxiliar a Hugo: lo
cargó en su coche y lo llevó de urgencia al hospital del pueblo, donde
finalmente se produjo la muerte. Voceros policiales dijeron que fue Sandro
quien relató que se hallaba en una situación de intimidad con Cintia cuando
irrumpió la víctima y se generó el fatal forcejeo.
El médico policial dejó constancia que la mujer presentaba
una contusión en uno de sus brazos, mientras que el homicida no tenía lesiones.
La víctima, además de la puñalada, había sufrido un raspón en un brazo.
Por la tarde, la Policía allanó la casa de Cintia y allí secuestró
dos cuchillos y un cabo de escoba con manchas de sangre. El juez Brites ordenó
que tanto la joven como su amante quedaran detenidos e imputados del delito de
homicidio.
Los familiares de la víctima dieron una versión diferente a
la de los acusados. Contaron que fue Cintia quien llamó a Hugo para que fuera
hasta su casa, donde finalmente fue asesinado.