Esta gran distinción a invento tan pequeño y cotidiano se debe, entre otras cosas, a la larga historia que lo une a la humanidad desde hace más de 5.000 años.
Como con vuestro seguro de Protección Familiar Decesos tenéis descuentos de hasta un 50% en dentistas así como en cualquier clase de medicina privada, para acompañar esta cobertura hoy hemos decidido contaros una historia poco conocida: la historia del cepillo de dientes, una historia que va desde sus formas más originarias o rústicas hasta la sofisticación del invento en un cepillo eléctrico, pasando por las oscuras celdas de una cárcel de Inglaterra.
Pero antes de empezar, hay que señalar una fecha clave que cambió radicalmente los hábitos de alimentación del ser humano y, con ello, los hábitos de su higiene bucodental. El manejo del fuego hacia el año 11.000 a.C. permitió empezar a cocinar los alimentos, lo que produjo un incremento sustancial del almidón (componente bastante agresivo para las dentaduras) en la dieta humana. Siglos más tarde, cuando el ser humano comienza a asentarse en poblados agrícolas, el cultivo y consumo habitual de caña de azúcar también contribuirán a “estropear” las dentaduras.
De esta manera, el ser humano tuvo que ingeniárselas para mantener una higiene bucodental más rigurosa, y surgieron entonces decenas de remedios y maneras a lo largo de la historia con las que lograrlo, siendo el cepillo de dientes el remedio sobresaliente de todos ellos.
Egipto y Babilonia ya han sido civilizaciones protagonistas en este blog a propósito de sus aportaciones a la historia del seguro de decesos , y de nuevo vuelven a serlo. Estas civilizaciones usaban un utensilio precursor del cepillo de dientes actual que se sigue utilizando actualmente en el mundo musulmán: el famoso Miswak o Siwak.
Este cepillo de dientes se extraía del árbol Salvadora Persica, cuya savia contiene propiedades curativas y antisépticas. Se arrancaba una pequeña rama de la que un extremo se mordisqueaba hasta quedar suave como un cepillo y la otra punta se usaba como mondadientes.
Según la Asociación Dental Americana, el primer inventor del cepillo de dientes fue un emperador chino que en un extremo de hueso o de bambú incrustó una serie de cerdas de pelo de cerdo. Los mercaderes occidentales se trajeron con ellos el invento, pero en Europa el cepillo de dientes no prosperó salvo en algunas clases altas que sustituyeron las cerdas de cerdo por cerdas de caballo, que eran mucho más suaves. Por lo general, en Europa se continuó hasta el siglo XIX con la costumbre –heredada de la época romana- de lavarse los dientes y encías con un trapo.
Aunque como acabamos de ver el primer cepillo de dientes conocido se remonta al Imperio Chino, William Addis es considerado como el inventor europeo del moderno cepillo de dientes. William Addis fue encarcelado al ser condenado por una serie de disturbios públicos. Como hemos dicho, en Europa para la higiene dental se utilizaba un trapo que a veces se empapaba en sal; ante el repelente aspecto de los trapos que en la cárcel daban a los presos, Addis decidió una noche robar un hueso de pollo, en cuyo extremo hizo un orificio que llenó de cerdas. Al salir de prisión, William Addis decidió comercializar su cepillo, y su legado, continuado a su muerte por su hijo, ha llegado hasta nuestros días en la famosa marca de cepillos de dientes Wisdom Toothbrushes.
Desde el invento de Addis, el siglo XX va a asistir al diseño definitivo del cepillo de dientes: