SALUD | Internacionales | 23/05/2023
En algún momento de la vida, las canas en la cabeza aparecen y nadie se puede salvar de ello. Algunos las tienen casi al final de la adolescencia y otros las tienen recién a los 60 años.

El cabello es un folículo piloso, una parte de la piel que forma un pequeño saco, el que está formado por células madre en su interior. Estas se mantienen en un estado indiferenciado y son las que disponen de células que construyen el pelo.

Cuando se renuevan las células madre del folículo piloso, las de cada linaje celular reciben las señales de proliferación y crean nuevas células del tipo que corresponda.

Este aumento es curioso porque la célula madre da lugar a dos células nuevas. Una de ellas se mantiene madre e inactiva hasta que se vuelva a necesitar, mientras que la otra se va a capas más exteriores y pasa a ser una célula transitoria, que se divide hasta ser una gran cantidad de células diferenciadas.

Una vez que esto último sucede, se cree que es irreversible —a excepción de las células cancerosas—. De una diferenciada, probablemente, no es posible volver a tener una célula madre.

Mientras no se necesite, las células madre quedan inactivas, significa que no se reproducen, no se replica el ADN y se mantiene el material genético a salvo de posibles mutaciones. De esta forma, se evita la degradación de sus extremos llamados telómeros. En el folículo piloso, hay varias células de diferentes tipos, cada uno con sus células madre implicadas.

Un tipo se llama melanocito, denominado así porque sintetiza melaninas, los pigmentos que dan color al cabello.

En principio se creía que las canas aparecían porque el sistema de células madre que da lugar a los melanocitos falla comparando con otros linajes celulares; como consecuencia, los melanocitos no se renovarían y el cabello perdería pigmentación.

Sin embargo, investigadores liderados por Qi Sun, de la Escuela de Salud Pública de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, hicieron un estudio y el resultado aparece negar esta hipótesis. Según sus análisis, publicados en la revista Nature, el motivo que se esconde tras la despigmentación prematura del cabello podría ser otra cosa completamente distinta.

Según comprobaron los expertos, los melanocitos del folículo piloso después de diferenciados, pueden revertir su estado al de células madre. A largo plazo, se pudo comprobar que el linaje del sistema de células madre de melanocitos puede llegar a estar dominado por melanocitos revertidos, en lugar de células madre reservadas. Estas células podrían migrar de vuelta a la capa de células madre, en un movimiento de ascenso y descenso que fue comparado con un yo-yo.

Según el equipo liderado por Qi Sun, durante el envejecimiento, se produce gran acumulación de células madre revertidas que no pueden volver al lugar donde deben estar y quedan, de alguna forma, ‘varadas’.

Al estar lejos de los lugares donde se perciben las señales de proliferación, permanecen invisibles y ya no pueden renovar los nuevos melanocitos.

Estos estudios tienen una nueva teoría y es que la desdiferenciación de las células tiene un papel importante sobre mantener el linaje de las células madre. Un nivel de plasticidad celular que, hasta ahora, era desconocido en células sanas.

Además, este estudio tiene algo más profundo de la naturaleza del cáncer de piel más peligroso que se conoce: el melanoma. Estos tumores vienen de los melanocitos, y tienen la capacidad de autorrenovación independientemente de su estado, incluso, cuando están totalmente diferenciados.

Por su parte, la plasticidad y reversibilidad natural que, según el informe, demuestran tener los melanocitos, puede ser el motivo de la agresividad de los melanomas y de la dificultad para eliminarlos.

En tanto, el conocimiento que proporciona este descubrimiento, no solo puede ayudar a retrasar o reducir la aparición de canas, sino que también puede brindar nuevas herramientas en la lucha contra ciertos tipos de cáncer, como el melanoma, y otros problemas de salud relacionados con la pigmentación de piel o cabello.