REGION | Internacionales | 26/01/2019
La ruptura de un dique minero dejó varios muertos y al menos 300 desaparecidos con "mínimas chances" de ser rescatados con vida.
Los bomberos retomaron la búsqueda de sobrevivientes la mañana de este sábado en Brumadinho, localidad brasileña en donde el viernes la ruptura de un dique minero dejó varios muertos y al menos 300 desaparecidos con "mínimas chances" de ser rescatados con vida.


"Tenemos nueve fallecidos. Nuestros datos indican que hay cerca de 300 desaparecidos", informaron los bomberos la madrugada del sábado. Hasta el momento, en torno de 180 personas han sido rescatadas con vida, precisó la Gobernación del estado.


La catástrofe se produjo cerca de las 13H00 locales (15H00 GMT) en el municipio de Brumadinho, a 60 km de Belo Horizonte, sepultando buena parte de las instalaciones del complejo Córrego do Feijão, perteneciente a Vale, una empresa gigante del sector minero.


El gobernador del estado, Romeu Zema, afirmó la noche del viernes que las chances de rescatar sobrevivientes "son mínimas" y que a partir de ese momento "probablemente" se rescatarían "solamente cuerpos".


Según los bomberos, entre 100 y 150 desaparecidos serían funcionarios que estaban en el área administrativa de la empresa, cerca del dique que se rompió, y el resto en otras zonas próximas. Unos veinte heridos son atendidos en hospitales locales.


Aunque se habían pronosticado lluvias para este sábado en Brumadinho, lo que podía complicar las tareas de rescate, la región amaneció soleada y con muy pocas probabilidades de precipitaciones. "La Cruz Roja va a iniciar sus acciones humanitarias asistiendo a las personas que fueron retiradas y están desamparadas, con eso iniciamos una nueva fase del trabajo", dijo a la AFP Walter Morais, miembro del equipo de rescate de la Cruz Roja.

 

Casas, tractores y un puente bajo el lodo fueron vistos en un sobrevuelo en el que participó un fotógrafo de la AFP, así como varias viviendas completamente destruidas por las impresionantes riadas de color marrón que avanzaron sobre grandes superficies de vegetación.


Por motivos de seguridad, varios accesos a la ciudad, de 39.000 habitantes, fueron cerrados. Los familiares de los desaparecidos exigían el viernes en la noche información de la empresa y las autoridades.

 

"No quieren hablar. Son nuestros hijos, marido, cuñado, pero nadie dice nada. Son 300 personas muertas y nadie dice nada", dijo entre gritos Olivia Rios a la AFP.