En efecto, según datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial (Inpe), la Amazonía concentra el 52,5% de los brotes de incendios en lo que va de este año, y el número de estos aumentó 82% con respecto al mismo período de 2018.
El activista señaló que la gravedad de los incendios radica en que la Amazonía representa "el 20% del oxígeno de los seres humanos", así como alberga a "3.000 especies diferentes de árboles, muchas de las cuales aún no han sido estudiadas".
Este último dato es por demás preocupante según el especialista, dado que la pérdida de esa biodiversidad no solamente quita oxígeno a la humanidad, sino que significa "un retroceso tremendo en lo que podrían ser descubrimientos para la mejora de la calidad de vida humana". Del Porte advirtió que los daños provocados por el fuego en la Amazonía son permanentes.
La clave de esta pérdida radica en que la "resiliencia" del planeta Tierra "se toma períodos mucho más largos que los de la escala humana". "Van a tener que pasar varias generaciones de humanos para que esa resiliencia sea efectiva", complementó.
Volviendo a la comparación con Notre Dame, el activista destacó que se trata de "un edificio maravilloso que se puede recuperar". En el caso de la Amazonía, por el contrario, "deberíamos nacer de nuevo como planeta para poder recuperarla".
Los "egos políticos", el combustible del fuego
Para el activista, "todas las catástrofes ambientales que están sucediendo en el mundo" tienen un mismo causante detrás: los "egos políticos".
Por ese motivo consideró que la única solución posible es "que esos egos políticos dejen de existir, que los políticos piensen en la ciudadanía y si ellos no pueden tomar acciones concretas, que seamos los ciudadanos los que desarrollemos iniciativas de alto impacto".
Las principales acciones deberían estar destinadas, apuntó, a la prevención de los daños al medio ambiente. "Después del incendio quedan las cenizas, que no transmiten el real impacto, algo que vamos a ver reflejado en unos cinco años", precisó.
En ese sentido, advirtió que afectaciones como las producidas en la Amazonía traerán consigo "variaciones de temperatura, migraciones de aves y peces y un desequilibrio ecosistémico incalculable".
Del Porte no dudó en señalar "el grado de urgencia" de la situación y la necesidad de que la comunidad internacional adopten medidas en forma inmediata.
Una oportunidad para intentar avanzar será, según el especialista, la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que tendrá lugar en Chile en diciembre de 2019, bajo el nombre de "COP-25".