Alianza, que será presidido por él, es el noveno partido de Bolsonaro desde que inició su carrera política en 1992.
En el discurso de inauguración -en un hotel de Brasilia- Bolsonaro dijo que aceptará críticas internas al gobierno, "pero con moderación".
El ideario fue exhibido en la carta fundacional del partido como "el respeto a Dios y a la religión", "el respeto a la identidad, memoria y cultura del pueblo" y la "defensa de la vida, de la legítima defensa y de la familia".
Un fuerte compromiso contra el aborto y contra las "ideologías nefastas" fue incluida, en referencia al "socialismo, comunismo, nazifascismo y globalismo".
El partido dice que por más que Brasil sea constitucionalmente laico, "eso jamás significó un ateísmo obligatorio".
"El vínculo entre la nación y Cristo es intrínseco, fundamental e inseparable", dice el acta de fundación.
Bolsonaro se fue del PSL esta semana, luego de haberse afiliado en 2017 a esa fuerza diminuta que forma parte de lo que los analistas llaman "los partidos de alquiler".
En medio del lanzamiento, Bolsonaro aprovechó para dinamitar sus puentes con el gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, a quien acusa de usar la policía de ese estado para intentar vincularlo al homicidio de la concejal socialista Marielle Franco y su chofer Anderson Gomes, en marzo de 2018.
"El gobernador manipula el proceso", acusó Bolsonaro.
Uno de los hijos del mandatario, el concejal Carlos, estaría en una línea de investigación del caso, según informó el columnista Kennedy Alencar, de la radio CBN, del grupo Globo.
Es que dos detenidos de perpetrar el homicidio salieron del barrio cerrado de Río donde vive Bolsonaro, en Barra de Tijuca, para matar a Franco.
Un portero del barrio cerrado había declarado que uno de los policías detenidos fue a la casa de Bolsonaro el día del homicidio, pero esta semana se desdijo ante los fiscales.