Su persona ha sido considerada emblema de la educación, no solo en la República Argentina, sino en el resto de América. Así lo dispuso la Primera Conferencia de Ministros y Directores de Educación de las Repúblicas Americanas celebrada en Panamá en el año 1943.
Con el paso del tiempo, los países de la región fueron adoptando distintas fechas para el recordatorio, manteniéndose en la Nación Argentina la figura del prócer por su trayectoria de vida dedicada a la educación.
Sarmiento fue elegido para ocupar distintos cargos en la función pública desde donde desarrolló una inmensa tarea:
La historia del día del maestro está indisolublemente ligada a la obra de Sarmiento en educación. Fue autor de varios libros, pudiéndose mencionar entre otros:
Durante su desempeño como dirigente político impulsó la sanción de la Ley de Subvenciones, mediante la cual se asignó a la educación pública las herencias sin sucesión directa y un octavo de las ventas de tierras públicas.
Con esta herramienta consiguió los fondos para la creación de escuelas, materiales y libros. La población escolar se elevó de 30.000 a 110.000 alumnos.
Sarmiento creó las primeras escuelas normales y fundó los Colegios Nacionales de La Rioja, Santa Fe, San Luis, Jujuy, Santiago del Estero, Corrientes y Rosario. Puso en funcionamiento la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares y la Biblioteca Nacional de Maestros.
En la Universidad Nacional de Córdoba creó la Facultad de Ciencias Exactas, Física y Naturales. En San Juan, su ciudad natal, fundó la Escuela de Ingenieros como fruto de su tarea en la región para introducir los conocimientos de mineralogía.
Como un reconocimiento más a su labor educativa existen tres museos que llevan su nombre: