El Gobierno de San Pablo, el estado más rico de Brasil y con 46 millones de habitantes, fue pionero en la vacunación contra el coronavirus al aliarse con el laboratorio chino Sinovac en junio pasado para adquirir y desarrollar en su fábrica la vacuna contra el coronavirus CoronaVac, la principal que se aplica hoy en Brasil.
El Instituto Butantan posee la mayor fábrica pública de vacunas del hemisferio sur y su contrato con China enfrentó al gobernador Doria con el presidente Jair Bolsonaro, quien el año pasado repudió la CoronaVac "por su origen", aunque luego el Gobierno federal la adquirió para llevar adelante el plan actual de inmunización.
Colapso sanitario
Brasil superó esta semana los 300.000 muertos por coronavirus y atraviesa un colapso sanitario, con hospitales que no dan abasto para atender la demanda récord de pacientes internados por Covid-19.
Autoridades atribuyen la explosión de casos a una mutación del coronavirus más contagiosa detectada primero en la norteña ciudad brasileña de Manaos, capital del estado de Amazonas.
La mutación, que ya está presente en 15 países o territorios de las Américas y ha sumado presión sobre los sistemas sanitarios de Venezuela, Perú y Uruguay, entre otras naciones.
Brasil inmuniza a su población desde el 17 de enero pasado con las vacunas china CoronaVac y anglosueca AstraZeneca.
Hasta el miércoles último, habían sido inoculadas unos 17,8 millones de personas, de las cuales 13,38 millones (el 6,32 por ciento de la población) recibieron la primera dosis y 4,41 millones (2,09 por ciento) recibieron las dos.