La joven grita de manera desesperante pidiendo por un pastor. “Yo me llamo Lucifer y esta alma es mía”, dice la muchacha visiblemente alterada”.
“Esta chica de casó, bautizó y creyó que iba a poder porque Dios estaba con ella, pero se metió de nuevo con la cocaína. Yo soy más grande que Dios”, se escucha en el material viralizado.
El procedimiento se habría realizado en Apóstoles.
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