Una nueva tragedia azota a Brasil, luego de que diez personas resultase muertas a raíz del dramático derrumbe de una pared de rocas sobre embarcaciones a motor que visitaban una cascada en el sureste del país.
Una torre de rocas se desprendió repentinamente de la pared del cañón el sábado y se desplomó sobre una de las embarcaciones de recreo en Capitolio, en el estado de Minas Gerais. Impactantes imágenes de video circularon por redes sociales.
Los bomberos y los buzos recuperaron el domingo otros tres cuerpos desde el lago, elevando a 10 el número de víctimas fatales de la catástrofe, que dejó heridos a una treintena de turistas golpeados las rocas y una enorme ola provocada cuando la columna de rocas se estrelló en el lago.
La región lleva dos semanas de intensas lluvias, que podrían haber aflojado la pared de roca. El sábado, un dique se desbordó en una mina de hierro a 300 kilómetros al este, cortando una importante carretera federal.
En dramáticos videos compartidos en las redes sociales se puede ver el momento exacto en que el macizo se desprende y cae sobre las embarcaciones, ante el pánico de quienes presencian la escena desde las otras lanchas.
Otro de los registros muestra el minuto previo al derrumbe, en el que varias personas advierten que “están cayendo muchas piedras” y piden a gritos a los ocupantes de las otras lanchas que se alejen del paredón.
La región de Capitolio, a 300 km de la capital Belo Horizonte, atrae a numerosos turistas brasileños con sus paredones de rocas y cascadas que rodean las verdes aguas del lago Furnas, formado por la represa hidroeléctrica con el mismo nombre.
“La naturaleza peculiar de ese lugar, todo el atractivo turístico que proporciona el paisaje, con el embalse que forma el lago, las cascadas y saltos de agua, es creada por la erosión del relieve, un proceso natural y constante”, explicó a la AFP el geógrafo Eduardo Bulhoes, de la Universidad Federal Fluminense (UFF).
Para evitar nuevos accidentes, sería recomendable “limitar el área recreativa y alejar los paseos de los paredones y saltos de agua” en la temporada de mayor riesgo, concluyó el especialista.