El fiscal Raúl Garzón, que intenta determinar si se trató de crímenes intencionales, ya que la hipótesis de muertes por causas naturales quedó descartada, ordenó la realización de las autopsias de los cuerpos de los dos últimos bebés que murieron el 6 de junio.
Según trascendió, el informe preliminar habría arrojado que los cuerpos tenían una alta presencia de potasio.
Este viernes, y en declaraciones a la prensa, el ministro de Salud de la Provincia, Diego Cardozo, dijo que las alarmas se encendieron el 18 de marzo pasado y que hasta el 6 de junio, hubo 11 muertes en el lugar.
De esa cifra, Cardozo explicó que se presume que “seis nacieron con elementos que podían condicionar su evolución y terminar en la defunción”. Sin embargo, los restantes cinco bebés nacieron con signos normales y en un lapso de 24 horas tuvieron, según indicó Cardozo, "una evolución tórpida que terminó en desenlace fatal".