La enfermedad puede transmitirse a trabajadores avícolas o a otras personas en contacto con aves infectadas o superficies contaminadas. Respecto a los datos recopilados, Jeremy Farrar, director científico de la agencia de salud de la ONU, considera que “sigue siendo una gran preocupación”, según declaró en una rueda de prensa en Ginebra.
La principal inquietud es que el virus H5N1, que tiene “una tasa de mortalidad extraordinariamente alta” en las personas infectadas por contacto con animales, se esté adaptando para transmitirse entre humanos. Aunque aún no hay registro de algún caso confirmado de este tipo de contagio.
Según el científico de la OMS, la cepa A (H5N1) se ha convertido en “una pandemia zoonótica animal global”. En este contexto, la gran preocupación es que “al infectar a patos y pollos y cada vez a más mamíferos, este virus evolucione” y, con el tiempo, desarrolle “la capacidad de pasar de humano a humano”.
Un caso que generó preocupación fue el anuncio a principios de abril de la detección de un caso de gripe aviar en una persona que se contagió de una vaca lechera en Texas, Estados Unidos. Cuando “ya llega a la población de mamíferos, entonces se está acercando a los humanos”, señaló Farrar e hizo énfasis en lo preocupante del asunto.
Farrar adelantó que hay en curso esfuerzos para desarrollar vacunas y tratamientos para el H5N1. También destacó la necesidad de asegurar que las autoridades de salud regionales y nacionales en todo el mundo tengan la capacidad de realizar el diagnóstico.
El director de la división científica de la ONU llamó reforzar la vigilancia y el registro y explicó que “es muy importante” saber cuántas infecciones en humanos se producen, ya que indicó que ahí es donde puede producirse una adaptación del virus. “Suena trágico decirlo, pero si yo me infecto con H5N1 y me muero, la cosa queda ahí. En cambio, si circulo por mi comunidad y contagio a alguien más, entonces ahí comienza el ciclo”, explicó.