Como resultado de la violencia desatada tanto dentro como fuera del estadio, se ha decidido imponer duras sanciones a ambos clubes y sus respectivas parcialidades.
La cancha de Mitre será suspendida por dos fechas como consecuencia de los disturbios, mientras que el público auriazul no podrá asistir a los encuentros de su equipo durante tres jornadas.
Por otro lado, la parcialidad de Guaraní enfrentará una sanción aún más severa, ya que se le prohibirá asistir a los estadios durante cinco partidos.
Además de estas medidas, se ha establecido que los dirigentes de Mitre y Guaraní deberán coordinar la reparación de los daños y desmanes ocurridos en las instalaciones del primero.
El partido en cuestión había concluido con una victoria de 2-1 a favor de los locales, pero lamentablemente, los eventos posteriores empañaron el resultado deportivo.
Tanto Mitre como Guaraní ahora deberán asumir las consecuencias de los actos de violencia protagonizados por sus seguidores, en un esfuerzo por promover la seguridad y el fair play en el fútbol local.