INFORMACION GENERAL | Locales | 13/01/2025
Con la entrada en vigencia de las nuevas tarifas del transporte público en Posadas, el costo semanal para trabajadores que utilizan el servicio para trasladarse incrementó significativamente, golpeando con fuerza los bolsillos de quienes dependen de este medio para cumplir con sus jornadas laborales.

Un empleado que viaja cuatro veces al día (ida y vuelta al trabajo y al almuerzo), de lunes a viernes, debe gastar:

  • $21.000 por semana con tarjeta SUBE, lo que representa $84.000 por mes.
  • $28.000 por semana sin tarjeta SUBE, equivalente a $112.000 mensuales.

Si además trabaja el sábado, realizando los mismos cuatro viajes adicionales, el costo semanal asciende a:

  • $25.200 con tarjeta SUBE, lo que implica un total de $100.800 al mes.
  • $33.600 sin tarjeta SUBE, es decir, $134.400 mensuales.


Gasto semanal desde Garupá (de lunes a viernes, 20 viajes)

  • Con tarjeta SUBE: $22.400 por semana ($89.600 al mes).
  • Sin tarjeta SUBE: $30.000 por semana ($120.000 mensuales).

Gasto semanal desde Candelaria (de lunes a viernes, 20 viajes)

  • Con tarjeta SUBE: $25.520 por semana ($102.080 al mes).
  • Sin tarjeta SUBE: $33.600 por semana ($134.400 mensuales).

Gasto semanal incluyendo sábados (24 viajes por semana)

Desde Garupá:

  • Con tarjeta SUBE: $26.880 por semana ($107.520 mensuales).
  • Sin tarjeta SUBE: $36.000 por semana ($144.000 mensuales).

Desde Candelaria:

  • Con tarjeta SUBE: $30.624 por semana ($122.496 mensuales).
  • Sin tarjeta SUBE: $40.320 por semana ($161.280 mensuales).

Un aumento que no se refleja en mejoras

Estas cifras no incluyen otros gastos habituales, como alimentación, servicios y vivienda, lo que genera una creciente preocupación entre los trabajadores. El incremento, lejos de acompañar una mejora en la calidad del servicio, sigue dejando a los usuarios enfrentando colectivos en mal estado, con frecuencias ineficientes y horarios que no se cumplen.

El transporte público de Posadas, controlado por un monopolio desde hace años, recibe constantes críticas debido a la falta de inversión en infraestructura y atención a las demandas de los pasajeros. Mientras tanto, los usuarios continúan pagando tarifas que no se condicen con el servicio recibido, en un contexto económico donde cada peso cuenta.

El aumento, aunque previsible, evidencia la necesidad de revisar el sistema de transporte público en su conjunto, garantizando no solo tarifas justas, sino también condiciones dignas para los pasajeros.