El café torrado se elabora agregando azúcar durante el proceso de tostado de los granos. Al someter el azúcar a altas temperaturas, se forma una capa quemada alrededor del grano. Esto no solo cambia el sabor, sino que también tiene dos propósitos principales: disimular defectos en granos de baja calidad y reducir la pérdida de peso del grano durante el tueste, lo que favorece a los productores desde el punto de vista económico.
Este tipo de café suele usarse para granos de menor calidad, ya que la capa de azúcar quemada enmascara sabores indeseables. En países como Argentina, donde hasta el 10% del peso del café puede ser azúcar agregada, esto se permite por regulación, aunque en la mayoría del mundo está prohibido. Actualmente, solo cinco países aceptan esta práctica: Argentina, Uruguay, Paraguay, España y Portugal.
El problema principal es que el azúcar quemado genera sustancias potencialmente tóxicas, como la acrilamida, que podría tener efectos negativos sobre la salud a largo plazo. Además, muchas personas agregan azúcar al café una vez servido, por lo que sin darse cuenta están consumiendo una cantidad mayor de azúcar de la que creen.
La licenciada en nutrición Milagros Maseras advierte que este consumo excesivo puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes y obesidad. Por eso, recomienda evitar el café torrado o, en caso de consumirlo, no agregar azúcar adicional.
Una forma sencilla de distinguir entre café torrado y tostado es por el aspecto del grano: el torrado es negro brillante por la capa de azúcar, mientras que el tostado es marrón opaco. También es importante leer las etiquetas: si el envase dice “torrado”, indica que contiene azúcar incorporada durante el tostado.
La mejor opción, según los especialistas, es elegir granos enteros tostados y molerlos justo antes del consumo para preservar mejor el sabor y aroma del café. Si no es posible, se recomienda comprar café molido de buena calidad que especifique claramente que no tiene azúcar agregada.
En resumen, el café torrado sigue siendo común en Argentina por cuestiones históricas y de mercado, pero conocer su composición y efectos puede ayudar a tomar decisiones más informadas sobre su consumo.