Pero llega el verano y con él las frutas y verduras de estación propias de estas temperaturas, por lo que es un buen momento para aprovechar el consumo según la estacionalidad, que presenta muchos beneficios para la salud y para la sustentabilidad. Al ser cosechadas en el momento adecuado, el aporte de vitaminas, minerales y otros nutrientes es máximo. Además, tienen la textura adecuada y su apariencia, color y sabor son mucho más intensos.
La compra responsable cobra cada vez más importancia y dentro de ella se considera aspectos como la estacionalidad, ya que elegir los productos de temporada es una manera de incentivar la agricultura tradicional y local.
Los alimentos de estación son transportados por distancias más cortas y esto contribuye, además de a que se consuman frescos, a reducir las pérdidas y desperdicios alimentarios. Son productos más económicos ya que requieren menos recursos para su producción y traslado.
Es preferible consumir las verduras crudas. La cocción de los vegetales produce varias modificaciones en su estructura. Cambian el color, olor, sabor y también se altera el valor nutritivo, ya que se producen pérdidas de vitaminas y minerales por mecanismos como disolución y oxidación. La cocción por vapor, en olla a presión y en microondas son las que producen menores pérdidas de nutrientes.
En cuanto a preparaciones, además de las clásicas tartas, revueltos y milanesas; las verduras son ideales para preparaciones frescas como ensaladas, batidos y sopas frías. Las frutas deberían consumirse frescas y crudas, solas o en ensaladas. También pueden prepararse licuados, puddings con semillas de chía o lino y creppes.
Durante diciembre las Estaciones Saludables de la Ciudad de Buenos Aires ofrecen de manera libre y gratuita charlas, clases de cocina y otras actividades sobre frutas y verduras de verano a cargo de nutricionistas.