ECONOMIA | Nacionales | 25/09/2023
El precio de la carne se disparó en agosto y contribuyó a la fuerte aceleración de la inflación, que alcanzó su variación mensual más alta en 32 años. De todas formas, debido a una retracción en el consumo, no sólo se frenaron los incrementos, sino que comenzaron a verse ciertas “correcciones a la baja”.

En ese escenario, hacia adelante analistas no prevén nuevos saltos bruscos, sino que estiman que se mantendría en los niveles de variación del IPC al menos hasta diciembre.

Por ejemplo, mientras que el IPC trepó 12,4% en agosto y acumuló una suba interanual de 124,4%, el rubro “carnes y derivados” subió en el GBA un 25,6% mensual y un 128,2% interanual. En ese sentido, desde la Cámara de Industria y Comercio de la Carne (CICCRA), analizaron que “la aceleración de la tasa de inflación impactó fuertemente en el valor de la hacienda en pie (+53,4% mensual)”, por lo que la carne vacuna “registró un incremento de 34,4% con relación a julio, superando incluso el brusco ajuste que había mostrado en febrero del corriente año (+32,8%)”.

“Hacía quince meses que no se observaba una suba interanual en el precio de la carne vacuna mayor a la del nivel general de precios al consumidor”, agregaron desde la entidad y resaltaron que en los últimos doce meses el precio promedio de la carne vacuna subió 3,7% con respecto al nivel general del IPC.

Sin embargo, luego de ese salto brusco, tanto la hacienda como -en menor medida- el precio de la carne en góndola evidenciaron correcciones a la baja. “La fuerte suba se encontró con un poder adquisitivo de los consumidores muy debilitado. Entonces, lo que empezó a pasar es que esos aumentos que había tenido la hacienda, y que por lo tanto estaba teniendo la carne, el consumo no los pudo convalidar. Empezó a quedar carne sin vender, entonces, después del pico, empezó a descender el precio y se está equilibrando, aunque todavía no se terminó de ver en el mostrador. Porque el precio de la hacienda corrigió mucho más de lo que vemos en la carne”, explicó David Miazzo, economista jefe de la Fundación FADA.

Con respecto al precio de la hacienda, Miazzo sostuvo que “desde los máximos, corrigió un 20 o 25%”. “Y la carne no corrigió tanto. Pero lo cierto es que tanto la hacienda como la carne bajaron un escalón respecto de ese máximo”, explicó.

En la misma línea, el presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías en la Ciudad de Buenos Aires, Alberto Williams, sostuvo que “hace dos semanas la carne aumentó mucho, después empezó a bajar y ahora no se habla de suba, se habla de baja; eso es importante, ahora vamos a ver si se puede mantener”. En declaraciones radiales, Williams estimó que en promedio se vio un retroceso de entre $200 y $300.

Justamente, al analizar lo que pueda ocurrir a futuro, Miazzo sostuvo que es probable que “los precios de la carne vayan más o menos a la par de la inflación”. “Porque ahora que encontró este nuevo equilibrio, y que no pareciera tan cara, creo que se va a estabilizar por esta zona, porque el consumo va a seguir retraído. La exportación, hasta que haya una unificación cambiaria, va a seguir sin poder de compra. Pero del otro lado, va a estar presionando una oferta que también se contrae”, señaló el analista a Ámbito.

“La presión desde una menor producción, va a seguir estando. Por eso no esperaría que el precio siga cayendo en términos reales. Pero también se encuentra con estas dos dificultades para poder subir: entonces, esperaría que por lo menos hasta diciembre, que se mantenga en torno a la inflación. En este escalón más bajo que estamos viendo actualmente. Esa sería la expectativa por hoy. Después de diciembre es difícil pronosticar qué puede pasar”, concluyó Miazzo.

Precios Justos es una de las herramientas con las que el Gobierno busca justamente contener mayores subas en distintos productos de primera necesidad. Y los aplica también para la carne.

Por caso, la semana pasada se actualizaron los valores de siete cortes populares, que son parte del programa. En un acuerdo entre la Secretaría de Comercio y las empresas exportadoras que integran las principales cámaras frigoríficas del país, se le dio continuidad al programa que ofrece los principales cortes vacunos a precios accesibles en las grandes cadenas de supermercados, en supermercados regionales y en carnicerías adheridas al programa. Así, el kilo asado pasó a valer $1.466; nalga, $1.947; matambre, $1.855; vacío, $1.914; falda, $954; paleta $1.575; y tapa de asado, $1.466.

“Participan de este acuerdo las empresas exportadoras de carne vacuna, nucleadas en las cámaras ABC, Unica y Fifra, los supermercados e hipermercados de las cámaras ASU, CAS y FASA y carnicerías adheridas”, indicaron fuentes oficiales.