POLICIALES | Nacionales | 11/07/2023
En el caso del joven futbolista de 17 años, ocurrido en noviembre de 2021, un grupo de agentes porteños fue declarado culpable. Se impusieron penas de entre 8 y 4 años a otros seis acusados. Además, cinco policías fueron absueltos. Los jueces determinaron que el crimen fue motivado por "odio racial".

Los jueces Ana Dieta de Herrero, Daniel Navarro y Marcelo Bartumeu Romero, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal N°25 porteño, condenaron a a los policías de la Ciudad acusados de matar a Lucas González, el adolescente de 17 años que fue asesinado el 17 de noviembre de 2021, en la entrada de la villa Zavaleta en Barracas.


Los asesinos son el inspector Gabriel Alejandro Isassi (42), el oficial mayor Juan José López (48) y el oficial Fabián Andrés Nieva (38), integrantes de la División Brigadas y Sumarios 6 de la Comuna 4 de la fuerza de seguridad porteña. Fueron condenados por el delito de homicidio quíntuplemente agravado con alevosía y odio racial. “Esto es histórico, no existe una sentencia por racismo. Los mataron por negros, por marrones”, remarcó al finalizar la audiencia Gregorio Dalbón, abogado de las víctimas.


Los tres no solo fueron condenados por el crimen de Lucas. También se los castigó por intentar matar a los tres amigos del joven, por privación ilegal de la libertad y por falsedad ideológica. “Tuvimos un tribunal serio y dos fiscales serios, hemos hecho un gran equipo, trabajamos a full”, comentó Dalbón, quien pidió investigar cómo funcionan las brigadas de las policías: “No podemos estar a merced de quienes nos tienen que cuidar”.


El Tribunal condenó además a seis policías por los delitos de encubrimiento, específicamente por haber ayudado a Gabriel Isassi a intentar hacer pasar el hecho como un enfrentamiento armado, por privación ilegal de la libertad. Y absolvió a cinco.


El crimen de Lucas fue cometido en la mañana del 17 de noviembre de 2021, cuando el joven y tres amigos salieron de entrenar en Barracas y se subieron al Volkswagen Suran del padre de uno de ellos para volver a la localidad bonaerense de Florencio Varela, donde vivían.

Tras detenerse en un kiosco, los chicos comenzaron a ser perseguidos por un Nissan Tiida en el que circulaban tres policías de la Brigada 6 de la Comisaría Vecinal 4D, que no estaban uniformados ni llevaban balizas.

Por ese motivo, los chicos pensaron que podían ser ladrones e intentaron escapar, momento en que los efectivos policiales les dispararon y un balazo impactó en la cabeza de Lucas, quien murió al día siguiente en el Hospital El Cruce de Florencio Varela.

De acuerdo con la investigación, tras disparar contra los jóvenes, los policías intentaron simular que se había tratado de un enfrentamiento con delincuentes, maniobra a la que se habrían sumado otros efectivos, que «plantaron» un arma en el auto de las víctimas.