El recorte de colectivos se hace sentir en Posadas y crece el malestar social

30 de septiembre de 2025

La Municipalidad de Posadas anunció que las frecuencias de colectivos se reducirán solo en horarios de “baja demanda”. Según el director de Movilidad Urbana, Lucas Jardín, la medida responde a una supuesta caída de pasajeros y busca ahorrar combustible. Sin embargo, la realidad de los usuarios es otra: el recorte se siente también en horas pico, con colectivos que no aparecen y esperas interminables en las paradas.

Vecinos aseguran que el servicio funciona “como un domingo durante toda la semana”. En días de lluvia, cuando debería reforzarse, se observan menos unidades, lo que genera retrasos para estudiantes y trabajadores. Incluso en pleno lunes por la mañana se registraron recortes, contradiciendo el discurso oficial de que la reorganización solo afecta a horarios intermedios.

El problema central es que ni la Municipalidad ni las empresas publicaron jamás un documento que respalde la afirmación de que hay menos pasajeros. No existen estadísticas públicas, cantidad real de usuarios diarios ni unidades en circulación. De esa forma, las decisiones se toman a espaldas de la ciudadanía, que desconoce por completo cuál es la situación real del transporte público.

“Estuve más de 40 minutos esperando en la parada para ir a trabajar. Era lunes, 8 de la mañana, y pasaron solo dos colectivos llenos que ni siquiera pararon”, relató una usuaria en redes sociales. Otro vecino sostuvo: “Dicen que hay menos pasajeros, pero nunca muestran números. Nosotros los que viajamos todos los días vemos cada vez menos coches”.

Las críticas apuntan tanto a las empresas como al municipio. “En días de lluvia deberían reforzar el servicio, no recortarlo. Mi hija llegó tarde a la facultad porque simplemente no había colectivos”, comentó un padre de Villa Cabello. La bronca ciudadana se multiplica en redes sociales, donde cientos de usuarios cuestionan al llamado Grupo Z y la falta de control de las autoridades.

La falta de transparencia alimenta la desconfianza. El grupo empresario señalado por manejar el sistema mantiene la información cerrada, mientras la Municipalidad repite un discurso sin exigir estadísticas ni controles verificables. Lo que se presenta como un simple ajuste técnico se traduce en recortes encubiertos que golpean a quienes dependen del colectivo para estudiar, trabajar y moverse en la ciudad.

En definitiva, la Municipalidad habla de baja demanda pero no muestra un solo número. Y mientras tanto, los usuarios esperan bajo el sol o la lluvia, padeciendo un transporte público que se achica en silencio y se justifica con estadísticas que nadie conoce.