La confirmación de que el histórico Hiper Libertad dejará de funcionar como hipermercado y pasará a operar como un local reducido desató una verdadera tormenta de comentarios en las redes de Misiones al instante.
Lo que comenzó como una noticia económica terminó revelando el malestar social acumulado desde principios de año. Varios usuarios recordaron que en enero ya se hablaba de recortes internos, falta de reposición y pasillos cada vez más vacíos, señales que hoy parecen haber sido el prólogo de este final anunciado.
Desde los primeros minutos, la publicación se convirtió en un espejo del ánimo posadeño. Muchos señalaron que el deterioro era visible desde hacía tiempo y que “el Hiper ya no era el Hiper”. El sentimiento dominante en este sector fue que la empresa se limitó a sobrevivir sin apostar a modernización ni a estrategias para recuperar público.
Entre los comentarios más repetidos aparecieron los vinculados al impacto laboral. “Siempre ajustan por abajo, a los trabajadores”, escribió una usuaria, generando una cadena de respuestas que mezclaron bronca, preocupación y solidaridad con quienes perderán su empleo. La sensación de vulnerabilidad laboral en Posadas se sumó al tono general del debate.
Otros usuarios apuntaron directamente al consumo y al comportamiento del cliente. Hubo quienes afirmaron que el Hiper perdió competitividad frente a mayoristas y nuevas cadenas, que ofrecen mejores precios. “La gente no es tonta, va donde le conviene”, comentó un usuario, marcando el cambio en los hábitos de compra que se aceleró este año.
La discusión política tampoco tardó en aparecer. Algunos vincularon el ajuste a la situación económica nacional, mientras que otros respondieron que la empresa ya venía golpeada desde antes y que culpar al gobierno actual es una simplificación. Este cruce generó uno de los hilos más largos y acalorados de la publicación.
En Instagram, el clima fue distinto. Predominó la nostalgia de quienes crecieron recorriendo esos pasillos, recordando las épocas en las que el lugar era punto de encuentro familiar y casi un paseo obligado de fin de semana. “Se perdió un pedazo de mi infancia”, comentó una joven, acompañada por decenas de reacciones.
También se mencionó la caída del atractivo del lugar. Usuarios señalaban que el espacio dejó de renovarse, que los locales internos cerraban uno tras otro y que la experiencia de compra ya no ofrecía nada nuevo. Para muchos, el recorte es simplemente la consecuencia lógica de una decadencia advertida desde hace años.
El precio fue otro de los temas dominantes. Numerosos comentarios afirmaron que el Hiper se volvió “inaccesible” para la mayoría de los posadeños, motivando que cada vez más gente optara por opciones más económicas. “Era para ricos, por eso quedó vacío”, ironizó un seguidor.
No faltaron voces que defendieron al comercio, argumentando que el problema es más profundo y responde al avance del comercio online, a la migración del consumo al centro posadeño y a la caída general de ventas desde enero hasta hoy. “No es solo el Hiper, es todo el país”, escribió un usuario.
Entre los mensajes más duros se instaló la denuncia sobre el estado edilicio: desde techos sin mantenimiento hasta servicios internos abandonados. “No arreglaban nada; era cuestión de tiempo”, afirmó un ex empleado, generando un cruce entre quienes apoyaron su versión y quienes aseguraron que los problemas eran recientes.
Otro grupo de comentarios apuntó con fuerza al costo impositivo en Posadas. “Ningún comercio grande aguanta lo que cobra la muni”, escribió un seguidor, dando pie a un debate sobre tasas elevadas, habilitaciones costosas y trámites burocráticos. Varias personas afirmaron que “la ciudad espanta inversiones” y que el clima fiscal es parte fundamental del derrumbe de comercios históricos.
En la misma línea, muchos usuarios cuestionaron la falta de acción del municipio. “Solo pintan cordones y hacen veredas, pero los comercios se caen a pedazos”, expresó una lectora. Otros señalaron que hay más inspectores que clientes y pidieron una mesa urgente entre empresarios y autoridades para evitar que lo sucedido con el Hiper se repita en otras zonas comerciales.
A pesar del clima crítico, también hubo espacio para el humor característico de las redes posadeñas. Memes que comparaban al Hiper con un “ex venido a menos” o con “un tío que se dejó estar” circularon entre los comentarios, aliviando por momentos la tensión del debate.
Llamó la atención la diferencia generacional: mientras los mayores lamentaron la pérdida de un lugar emblemático, los más jóvenes comentaron que prácticamente no lo utilizaban y que su cierre parcial no modificaría su rutina de compra.