“El problema con el acuerdo (stand by) y la mala performance
de la economía argentina obedecen a malas elecciones por parte del Gobierno y
no tanto al set de opciones que el Fondo (Monetario Internacional) ofrece a
nuestro país”, señala un informe de p x q Consultora. En el último trabajo de
esta consultora – que es dirigida por Emmanuel Álvarez Agis exviceministro de
Economía durante la gestión de Cristina de Kirchner-se señala que “en absoluto”
el FMI suele fracasar en todos sus acuerdos, y se carga la responsabilidad
sobre lo considera el mal diseño del acuerdo realizado por el ministro de
Hacienda, Nicolás Dujovne.
El estudio remarca que “la mala performance de la economía a
posteriori de la firma del SB (acuerdo stand by) es una característica propia
del acuerdo con Argentina y no un hecho estilizado de las últimas
intervenciones del FMI”.
Se sostiene que la efectividad del Fondo para resolver los
problemas para los cuales está diseñado el organismo, a saber, crisis de
balance de pago y endeudamiento, es relativamente baja. Pero también se
enfatiza que “los últimos acuerdos de países en crisis de balanza de pagos con
el FMI fueron menos dramáticos que lo que se cree”.
El Fondo fue exitoso en retomar el sendero de crecimiento en
cuatro de cinco casos recientes de países que firmaron acuerdos con el FMI
recientemente y que son analizados en este paper (ver cuadro). Así, salvo el
caso de Grecia, en los restantes las tasas de expansión de la actividad fueron
positivas.
En cambio, en materia fiscal – la principal preocupación
manifestada por el Gobierno argentino -, el equilibrio se recuperó en sólo dos
de esos cinco casos. Y lo más paradójico ocurre con el objetivo principal del
Fondo, que es cerrar la brecha externa: el único caso exitoso en este aspecto
fue Irak.
De este trabajo también se hicieron lecturas políticas.
Algunos analistas no consideraron casual este análisis en momentos en que el
kirchnerismo reiteró su vocación de atender los compromisos externos, aunque
renegociando las condiciones.
Pero también el documento está llamado a generar ruido
dentro de algunos sectores cercanos al Gobierno, y particularmente entre los
“radicales díscolos” que en reiteradas oportunidades cuestionaron el programa
de ajuste fiscal que lleva adelante Dujovne.
Al respecto el Gobierno enfrentará las elecciones internas
con una fuerte caída de la demanda interna de casi 4% cuando en el 2011 por
ejemplo se ubicaba por encima del 10% (argumento que, sin duda, blandirá en la
campaña electoral el kirchnerismo). Y, las cosas parecen no mejorar ya que en
el primer trimestre del año sigue sin repuntar ya que el consumo de los hogares
cayó 9% según Kantar World Panel. Aunque a nivel oficial estiman al igual que
el FMI “que lo peor ya paso”. El punto es si esta situación podrá llegar a ser
percibida por la mayoría de la sociedad.
Para que esto ocurra las negociaciones salariales son un
factor clave para que den un poco de oxígeno a los salarios. Aunque, esto es
relativo ya que el aumento del desempleo está llevando a que los acuerdos
salarios no recuperen en líneas generales el poder adquisitivo perdido. A modo
de ejemplo, gremios fuertes como el de metalúrgicos y gastronómicos cerraron su
paritaria con un 28% un poco por debajo de la inflación esperada por las
consultoras que hoy la sitúan más cerca del 30%.
Esto significaría que una caída de 6% en el año que se suma
a 8% en 2018 lo que representaría un 15% por debajo nivel que tenía en 2017.
El Gobierno aspira a que a que, la inflación continúe
descendiendo, el dólar se mantenga sin saltos y, si bien, las paritarias no
compensaran toda la pérdida del poder adquisitivo la estabilidad -según
reflejan las encuestas- suele jugar a favor del oficialismo.