Hay decenas de seres en nuestras
caras que viven, se alimentan y hasta tienen sexo arriba nuestro… pero no los
podemos ver. Hasta aquí, esos animalitos microscópicos son conocidos como
ácaros, pero particularmente la especie Demodex folliculorum tienen una
relación muy cercana con los seres humanos.
En una historia la rescató el diario
español ABC del portal NPR, estos arácnidos, más emparentados con las
garrapatas o las arañas que con los gusanos, se «encierran» a comer
en los poros para salir de noche y aparearse con sus semejantes sobre los
rostros humanos.
Miden 0,3mm y se asemejan a una
lombriz, aunque están lejos de serlo. Este tipo de ácaro es bastante común y
está en distintos animales sin que nos podamos dar cuenta de su existencia.
No es casualidad que vivan en los
poros, ya que el aceite grasoso que el cuerpo saca para mantener hidratada la
piel y que se produce por glándulas debajo de los poros, representa «un
manjar para los ácaros Demodex», escribieron. Después de la comida tienen
sexo, literalmente, en la cara.
Una buena: por lo menos no
defecan sobre nosotros. Es que, como la vida es tan sólo de dos semanas como
mucho, estos ácaros guardan en su interior sus excrementos hasta la muerte. Un
estudio reciente de la revista «Nature Communications» explicó que la familia
de los ácaros se relaciona con la de las garrapatas no de forma remota, sino
que «son parte de la misma línea evolutiva».
Lo más importante es que animales
microscópicos no representan una amenaza para los humanos, a no ser que se
acumulen en cantidades grotescas Si eso pasa, a veces lleva a contraer una
enfermedad llamada demodicosis o sarna demodéctica, muy común en perros. Se
trata de una enfermedad rara para los humanos, que suelen convivir con los
ácaros en su cara toda la vida.
FUENTE: CLARÍN.