Ante la Comisión de Justicia y Asuntos Penales del Senado,
que preside el senador Pedro Guastavino (PJ-Entre Ríos), el ministro Garavano
explicó en el Salón Eva Perón el trabajo que se llevó adelante para reformular
el Código Penal que “está vigente desde 1921” y al que se le hicieron “más de
900 reformas, lo cual lo ha terminado de desnaturalizar”.
Garavano destacó inicialmente el hecho de que la comisión
que trabajó en el tema fue “muy heterogénea y plural”, encabezada por su
presidente Mariano Borinsky.
Puntualizó que “el Código Penal necesita ser reformado
porque la sociedad cambió mucho en cien años” y remarcó que el que se está
presentando es “es un Código Penal posible, basado en la vida cotidiana de la
sociedad” destinado a que “nos permita vivir en paz, respetar la ley y tener un
futuro mejor”.
El ministro de Justicia afirmó que el proyecto del nuevo
Código Penal está “basado en problemas reales de la sociedad” y que
“no es una construcción teórica ni dogmática, sino una norma que nos
permita vivir en paz”
Además, destacó que el nuevo Código “avanza y consolida
todo lo que tiene que ver con violencia de género, ciberdelitos e incorpora el
régimen penal de las empresas.
También puso de relieve como una “innovación
valiosa” el tema de “los delitos viales” al incorporar la figura
del “peligro abstracto” para quienes conduzcan bajo el efecto del
alcohol y quienes “exceden en más de 60 kilómetros por hora la velocidad
permitida”.
Por su parte, el presidente de la comisión redactora del
proyecto, el camarista Mariano Borinsky, remarcó que el objetivo fue lograr que
“no sea un Código Penal de laboratorio sino un código penal
práctico”.
“La ley de las leyes es el Código Penal porque agrupa los
valores de la sociedad argentina”, resaltó el especialista en derecho penal,
que condujo el grupo de trabajo que redactó la propuesta que será debatida en
el Congreso.
Borinsky reseñó que en la iniciativa “se introducen nuevos
delitos en la parte especial de la reforma referidos a los casos de
manipulación genética, tráfico de sangre, de órganos, tráfico de bienes
culturales, delitos en el deporte, propiedad intelectual, narcotráfico y
estupefacientes, terrorismo y financiamiento, delitos informáticos, libertad y
dignidad del trabajador en relación al acoso laboral, a la competencia
profesional leal y, por último, a los delitos de lesa humanidad”.