En Misiones, la Renovación se mide con los libertarios por el voto de Milei

24 de mayo de 2025


En este escenario, la Renovación se mueve con astucia, intentando absorber parte de ese caudal. Varios candidatos de su lista aseguran representar al espacio libertario dentro del “blen”, ese gran bloque ideológico amplio que sostiene al oficialismo provincial. Incluso Carlos Rovira -líder indiscutido del espacio- respaldó públicamente el Plan de Reparación Histórica de los Ahorros impulsado por Milei, en un gesto inusual para una fuerza que ha sido históricamente provincialista y pragmática.

Más aún, fue el propio Rovira quien ordenó a sus senadores votar en contra del proyecto de Ficha Limpia en el Congreso, en línea con el rechazo de Milei. En palabras de un ministro de su espacio, la decisión fue “para no beneficiar a Macri”, dejando claro que la jugada tenía también una lectura táctica: no entregar una bandera electoral a otro sector de la oposición.

Sin embargo, no está claro que ese guiño sea suficiente para captar al voto libertario más duro, que sigue viendo con desconfianza cualquier estructura política tradicional. De hecho, mientras la Renovación intenta “sumar libertarios” desde su armado, el sello formal de La Libertad Avanza en Misiones -aunque precario- presenta a un candidato con una narrativa directa: Diego Hartfield es Milei en Misiones, dijo sin rodeos Martín Menem en Iguazú, en la reciente visita que compartió sin Karina Milei, aquejando “una fuerte gripe”.

La frase no fue casual ni vacía: buscó marcar territorio y diferenciarse de los libertarios “blandos” que hoy figuran dentro del oficialismo provincial. Aunque la presencia del ex tenista no tiene, por ahora, gran peso territorial, sí canaliza un discurso más puro, más disruptivo, más coherente con el mileísmo original, lo cual podría resonar entre los votantes que le dieron a Milei un buen porcentaje en Misiones en los últimos comicios. 

En este contexto, la Renovación camina por una delgada línea: si capta el voto libertario, amplía su hegemonía; si lo sobreestima, corre el riesgo de subestimar el poder del rechazo a lo establecido. Mientras tanto, el mileísmo formal apuesta a una narrativa clara, con menos estructura pero con un mensaje más afilado: ellos son Milei. Los demás, apenas lo imitan.

El 8 de junio no solo se votan diputados provinciales. También se mide algo más profundo: quién interpreta mejor ese nuevo clima social que pide libertad, orden, pero también resultados. ¿Será suficiente con parecerse a Milei o el electorado buscará a quien hable su mismo lenguaje sin dobleces?