Se cumplen tres décadas del fallecimiento de Juan Manuel Fangio, figura clave en la historia del automovilismo mundial. Considerado por muchos como el mejor piloto de todos los tiempos, el hombre nacido en Balcarce no solo dejó una huella imborrable por sus logros deportivos, sino también por su ética, humildad y respeto dentro y fuera de las pistas. “La victoria sin riesgo es una alegría incompleta”, decía “El Chueco”, apodo con el que se ganó el afecto de millones.
Fangio nació el 24 de junio de 1911, hijo de inmigrantes italianos. Su historia comenzó en el Turismo Carretera, donde ya se destacaba por su destreza al volante y su actitud generosa con los demás corredores. A finales de la década del 30 dio el salto a las competencias organizadas por la Asociación Argentina de Automóviles, que se disputaban en rutas abiertas y sin asistencia médica, lo que añadía un alto nivel de dificultad y riesgo.
En 1948 fue invitado a competir en Europa gracias a su desempeño en Argentina. Viajó junto a otros grandes pilotos como Oscar Gálvez, y su talento pronto empezó a llamar la atención en el Viejo Continente. Su estilo de conducción —elegante, técnico, pero con una cuota de agresividad— le permitió destacarse en circuitos como los de Francia, Italia y España, donde comenzó a construir su leyenda.
Su debut en la Fórmula 1 llegó en 1950 de la mano de Alfa Romeo. Un año después, se consagró campeón mundial al mando del Alfa Romeo 159, superando a rivales de la talla de Alberto Ascari y José Froilán González. Ese título fue el primero de los cinco que lograría en la máxima categoría del automovilismo (1951, 1954, 1955, 1956 y 1957), una marca que permaneció imbatida durante más de 45 años.
Fangio disputó 51 Grandes Premios y ganó 24, lo que le otorgó un porcentaje de victorias del 47,05 %, el más alto en la historia de la Fórmula 1. Además de sus hazañas en la Máxima, también brilló en otras competencias internacionales: se impuso dos veces en las 12 Horas de Sebring, ganó la Carrera Panamericana y fue subcampeón dos veces en las 24 Horas de Le Mans. En Argentina, fue campeón del Turismo Carretera en 1940 y 1941, y obtuvo el título de Autos Especiales en 1952.
Juan Manuel Fangio falleció el 17 de julio de 1995, pero su legado perdura. Su influencia trasciende generaciones y su nombre sigue siendo sinónimo de excelencia, compromiso y respeto por el automovilismo. A 30 años de su partida, el mundo del deporte lo recuerda no solo como un campeón, sino como un ejemplo de humanidad y grandeza.