El puente internacional San Roque González de Santa Cruz volvió a mostrar este sábado una postal ya clásica de fin de año: extensas filas de autos, remises y motocicletas que se dirigían desde Posadas hacia Encarnación. Con el inicio del pago del aguinaldo a los empleados estatales misioneros, el movimiento fronterizo se potenció desde las primeras horas del día.
El tránsito sobre la travesía urbana y la zona de acceso al viaducto se mantuvo intenso durante toda la jornada, con filas que, en algunos momentos, se extendieron hasta la rotonda de El Zaimán, a unos siete kilómetros del paso internacional.
El flujo vehicular se compone mayoritariamente de familias misioneras y turistas que cruzan hacia Paraguay para realizar compras o aprovechar las diferencias de precios en vísperas de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo.
El incremento del tránsito coincide con el depósito del medio aguinaldo a los trabajadores provinciales, que comenzó a acreditarse este fin de semana. Esa inyección de dinero al consumo interno parece, en buena parte, desviarse hacia el otro lado del río Paraná, donde los productos importados resultan más competitivos frente a la inflación argentina y el tipo de cambio vigente.
Pese al intenso movimiento, las autoridades fronterizas informaron que la circulación se mantiene dentro de los parámetros esperables para esta época del año. Sin embargo, los automovilistas que intentaron cruzar durante la mañana reportaron demoras superiores a las tres horas en los controles migratorios y aduaneros.
Las temperaturas cercanas a los 35 °C y la alta humedad hicieron más agobiante la espera para quienes permanecían en la fila bajo el sol. Aun así, el flujo se mantuvo constante, con tramos de avance lento pero sostenido.
El puente internacional, principal vía terrestre entre Posadas y Encarnación, suele experimentar un pico de tránsito en los días previos a las fiestas. Este año, el pago del aguinaldo y las compras de fin de año reactivaron la tradicional “fuga de pesos” hacia Paraguay, un fenómeno que se repite cada diciembre en la frontera misionera.