No fue un partido con muchas luces, pues escasearon las situaciones de gol, pero es para destacar que el espectáculo se desarrolló en paz. Y esto es algo para resaltar ya que todavía está fresca en la memoria aquel partido del 7 de abril en Rocamora, donde la violencia fue más protagonista que el partido en sí.
El partido fue malo y se vio perjudicado por el pésimo estado del campo de juego de la cancha ubicada en el barrio Villa Sarita.
Fue un duelo parejo y puso ser para cualquiera de los dos, ya que ambos generaron sus chances, sobre todo en la primera mitad.