La bajada de bandera pasará de $600 a $1200 y la ficha subirá de $50 a $100, marcando un ajuste que algunos consideran excesivo y abrupto tras un año de congelamiento tarifario.
Dardo Romero, presidente de la Comisión de Transporte del Concejo Deliberante, justificó la medida señalando que responde a las crecientes demandas del sector. “El incremento era necesario para garantizar el funcionamiento del servicio, que se veía afectado por los altos costos operativos”, afirmó. Sin embargo, estas palabras no han convencido a quienes ven en este aumento una carga económica adicional para los usuarios, especialmente en un contexto de inflación persistente.
Aunque la decisión fue respaldada por representantes del sector, quienes participaron en una audiencia previa, el anuncio generó críticas en redes sociales, donde muchos ciudadanos cuestionaron la magnitud del ajuste y su impacto en el bolsillo de los usuarios.
La medida será oficializada en los próximos días con su publicación en el Boletín Oficial, lo que activará el nuevo esquema tarifario.
La polémica por el incremento tarifario plantea interrogantes sobre la sensibilidad de las autoridades frente a las dificultades económicas de la población. Mientras el sector de transporte celebra la medida como una solución a sus problemas, muchos vecinos de Posadas sienten que el costo de este ajuste recae desproporcionadamente en ellos.