La información detallada de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP) indica que en junio se concentró el 31,7% del total de gastos en subsidios del primer semestre y, como es habitual en los últimos veinte años, el grueso de las erogaciones tuvo que ver con las compensaciones a las distribuidoras eléctricas y a la importación de combustibles.
Ese fue, precisamente, el motivo que generó el conflicto entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, en torno del porcentaje de aumento de las tarifas, cuya contracara es el aumento (o la disminución) de los subsidios.
En el primer semestre, las transferencias ascendieron a $524.828,7 millones, pero sólo en julio fueron de $166.521,9 millones.
La particularidad del mes fue que las transferencias para financiar gastos de capital fueron las que más se incrementaron (209,2%), si bien en valores absolutos siguen siendo notoriamente inferiores a las de gastos corrientes (subsidios propiamente dichos), que subieron un 63,1% en doce meses.
Junio representó un punto de quiebre en la evolución de los subsidios, que venían registrando mensualmente un descenso en su incremento interanual.
En enero, el incremento respecto del mismo mes de 2020 había sido de 501,1%, debido a que, por lo general, en los primeros días de una nueva gestión presidencial se someten a revisión los contratos de obras y servicios públicos y eso deriva en una postergación de los pagos de la administración pública.
A partir de entonces, el incremento porcentual fue descendiendo mes: 350,9% en el primer bimestre, 171,4% en el trimestre, 72% en el cuatrimestre y 51% en el acumulado de los primeros cinco meses.
Con la suba del 128,2% de junio, el aumento acumulado de la primera mitad del año se elevó al 69,2%, 18,2 puntos porcentuales más que el mes previo.