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Misiones bajo alerta por fuertes vientos este viernes

1 de agosto de 2025

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió una alerta amarilla por vientos fuertes. Esta alerta alcanza a Misiones y a otras diez provincias del país este viernes 1 de agosto. En la tierra colorada, se esperan ráfagas intensas del sector noreste, capaces de generar complicaciones en zonas urbanas y espacios al aire libre.

Según el parte oficial, la velocidad del viento oscilará entre 30 y 50 km/h, pero las ráfagas podrían superar los 70 km/h en distintos puntos del territorio misionero, en especial en áreas elevadas o expuestas. Además de Misiones, el aviso incluye a Corrientes, Chaco, Formosa, Entre Ríos y Santa Fe. También abarca provincias del noroeste y la región cordillerana como Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja y San Juan.

Recomendaciones ante la alerta meteorológica

Frente a este tipo de fenómenos, el SMN recomienda adoptar medidas de precaución. Esto es importante sobre todo si se realizan tareas al aire libre o si se circula por rutas abiertas. Entre las sugerencias, se destaca evitar actividades en balcones, patios, obras o parques, asegurar elementos sueltos como chapas o carteles, y mantenerse informado a través de canales oficiales. También se aconseja preparar una mochila de emergencia, con elementos básicos como linterna, agua, documentación y cargadores.

Este fenómeno se enmarca en un patrón meteorológico regional. Afecta de forma simultánea a zonas del noreste argentino y a regiones cordilleranas del oeste. En estas últimas, los vientos provienen del oeste y alcanzan velocidades superiores en sectores de altura. En el caso de Misiones, los vientos del noreste se combinan con una jornada calurosa. La temperatura podría superar los 28 °C, según datos de Pronóstico Misiones. La combinación de calor y ráfagas intensas aumenta el riesgo de caída de árboles, ramas o cables.

¿Qué implica una alerta amarilla?

El SMN define la alerta amarilla como un aviso por fenómenos meteorológicos con potencial de provocar impactos leves a moderados en la vida cotidiana. Aunque no representan una amenaza severa, requieren atención y acciones preventivas. Pueden afectar servicios públicos, el tránsito o la infraestructura urbana.