La difalia es una anomalía congénita extremadamente rara en la que un hombre nace con dos penes. Se estima que afecta a uno de cada cinco a seis millones de nacimientos, y solo hay unos 100 casos documentados en todo el mundo desde que fue reportada por primera vez por un médico suizo en 1609.
En algunos casos, ambos órganos son completamente funcionales, como ocurrió con el anónimo conocido como “Diphallic Dude”, quien publicó un libro contando su experiencia personal. No obstante, esta malformación suele venir acompañada de otras condiciones, como duplicación de vejiga, escroto bífido, ano imperforado o malformaciones renales y anorrectales, lo que complica el tratamiento médico.
El abordaje habitual consiste en la extirpación quirúrgica del pene duplicado, sobre todo si está malformado o genera problemas funcionales. Aunque no existe una cura definitiva, muchos pacientes pueden llevar una vida sexual y social saludable si reciben tratamiento médico y psicológico adecuado. En la mayoría de los casos, la difalia no es hereditaria y puede originarse por alteraciones embrionarias ocurridas en las primeras semanas de gestación.
Más allá del imaginario popular o el morbo, los expertos coinciden en que la difalia no es motivo de orgullo ni de potencia sexual, sino una condición que puede generar complejos, bullying, aislamiento social y angustia emocional. El acompañamiento profesional, tanto clínico como psicológico, es clave para mejorar la calidad de vida de quienes conviven con esta rara patología.