La decisión de la empresa San José, acompañada también por algunas líneas de Don Casimiro, de reducir el servicio urbano durante la mañana del lunes en Posadas volvió a encender la furia de los pasajeros. Lo que para la empresa fue una “medida de contingencia por la lluvia”, para los usuarios no tuvo justificación, ya que la precipitación fue leve y ocurrió justo en horario pico, dejando a cientos de trabajadores, estudiantes y pacientes varados bajo la llovizna.
En cuestión de horas, la noticia publicada por Misiones al Instante desató una catarata de críticas en redes sociales. La bronca fue generalizada y apuntó tanto a las compañías de transporte como al Grupo Z, señalado como el monopolio que maneja el servicio urbano, y también al Gobierno municipal y provincial, acusados de complicidad y falta de control.
“Votan siempre a la Renovación, que son culo y calzón con el grupo Z, y después salen a llorar en las redes. Caminen, vayan en Uber, pero no se quejen”, lanzó un lector indignado, sintetizando el enojo político de muchos. Otro fue más directo: “Ya va a llegar tu hora de pagar. Todo el mal que hagas en la tierra, no te va a salvar la carretilla de dólares acumulados a costilla de usuarios, choferes e inspectores”, escribió Kary Techeira, apuntando directamente contra el dueño del holding empresario.
El malestar también se tradujo en ironías y denuncias. “Jajajaja, piden aumento y recortan servicio. Cambian de nombre… los ladrones son los mismos”, dijo Julio Márquez. “No entendemos a las empresas y después quieren aumentar el boleto. No son responsables”, sumó Lorena Acuña. “Somos capital de Misiones, corazón del Mercosur. Que vuelvan a licitar, ejemplo de servicio fue Bencivenga o Crucero del Norte”, recordó Marcelo Maidana. “Siempre hacen lo que quieren con los usuarios del transporte público”, se quejó María Villar.
Las quejas más repetidas apuntaron al sinsentido de recortar justamente cuando la lluvia obliga a más gente a usar colectivos. “Con más razón tienen que poner más líneas cuando llueve, no menos. Tendría que venir otra empresa a joderles”, reclamó Patricia Soria. En la misma línea, Blanca Cardozo y Aliciaido Aliciaido remarcaron que la gente trabaja, estudia o va al médico igual, llueva o truene, pero las empresas no están a la altura.
Otros usuarios sumaron ejemplos de irregularidades. “El colectivo de Casimiro de las 8:20 no salió, recién a las 8:30 vino uno que iba más lento que un caracol. Son un desastre”, denunció Norma Yake. “Los chicos que van al colegio nunca llegan en hora”, agregó Jung Min Kim. “Encima las paradas están cada 10 cuadras y uno termina empapado”, lamentó Sebastián Zárate.
El trasfondo político y económico también apareció con fuerza en los comentarios. “Posadas es un bazofia nacionalsocialista llena de pobreza y abuso de supremacía estatal, todos chupando del Estado rovirista”, lanzó Romeo Vascon. Por su parte, Ricardo Vega fue más directo: “Gracias intendente Stelatto por este y otros obsequios que les hace a los habitantes de Posadas”.
La falta de control y transparencia en la gestión del transporte urbano genera un clima de indignación creciente. Muchos recordaron que no existen canales de reclamo reales y que, mientras tanto, el monopolio sigue funcionando sin sanciones. “Que pongan otra empresa seria, pobres usuarios”, resumió César Rodríguez, mientras otro usuario remató: “Metanse en el culo las quejas cuando votan hacen cualquier cosa”.
Lo cierto es que la medida de San José dejó al descubierto un problema estructural: la ausencia de competencia, el déficit de control estatal y la dependencia de los ciudadanos de un sistema de transporte que se permite interrumpir su servicio incluso en circunstancias mínimas, como una simple llovizna.