Precios más bajos atraen a los consumidores argentinos que invaden supermercados y otros comercios de Brasil y Paraguay.
La escena se repite a diario en la Triple Frontera: desde las primeras horas del día y hasta bien entrada la noche, miles de argentinos cruzan a Brasil y Paraguay para aprovechar el tipo de cambio y comprar productos más baratos. Las filas interminables de vehículos reflejan el boom protagonizado por residentes de Misiones y otras provincias del país.
Una recorrida por los estacionamientos de los supermercados brasileños muestra gran cantidad de vehículos con patente argentina. Se entiende: un maple de huevos puede costar allí hasta un 70% menos que en las góndolas de nuestro país. Lo mismo ocurre con las frutas y verduras. La carne vale la mitad. Y entre las ofertas, los cinco kilos de arroz de blanco salen 3.800 pesos y una gaseosa de dos litros se consigue a $1.580.
«Una compra mensual me sale $220.000, mientras que en Puerto Iguazú gasto $120.000 solo por la semanal», contó una habitante de ese destino misionero.
Puerto Iguazú es, precisamente, una de las tres urbes que forma parte de la Triple Frontera, junto con Foz de Iguazú y Ciudad del Este. Para llegar a la ciudad brasileña, el camino obligado es el puente Tancredo Neves. Y para arribar al ícono comercial de Paraguay, conviene atravesar casi 17 kilómetros a lo largo de Foz de Iguazú y cruzar el Puente de la Amistad.
Hace un año y medio, la postal tenía otras pinceladas. Misiones estaba invadida de brasileños y paraguayos. ¿Qué cambió? «Después de la devaluación del real, a los argentinos les conviene comprar acá. Llevan de todo», dijeron en uno de los supermercados de Foz de Iguazú.
Los taxistas argentinos cobran alrededor de 50.000 pesos para llevar a Fox y regresar a Puerto Iguazú con los baúles repletos de bolsas. Algunos, incluso, aprovechan el viaje para realizar sus compras del día. «En la aduana, si es para consumo familiar, no te hacen problema», aclararon.
Más allá de los alimentos, los argentinos se interesan por los productos electrónicos y la indumentaria en Ciudad del Este. Eso sí, hay que tener en cuenta las regulaciones. “El control de Foz solo permite hasta cinco piezas iguales. Hay algunos que contratan a “paseros” para cruzar la mercadería que excede esos límites», explicó una empleada de un negocio que vende lentes al por mayor. Y en la Argentina, puntualizó, las compras no pueden exceder los 300 dólares.
La competencia directa Foz y Ciudad del Este afecta a Puerto Iguazú. «Es muy difícil sostener la actividad cuando tenés que pelear contra precios de dos países», admitió días atrás Jorge Florentín, integrante de la Cámara de Comercio local, en declaraciones radiales.