Con paciencia oriental esperó el momento para soltar a sus hombres en busca del gol, que pudo llegar por una ya típica maniobra arriesgada de Unai Simón con los pies a centímetros del arco. "¡Aaahhh!", exclamó todo el estadio en un anticipo de lo que sucedería más tarde.
España sostuvo una abrumadora tenencia del 78 por ciento en el primer período pero generó poco en relación a ello. El equipo funcionó en zona de circulación y gestación, pero no en los metros finales.
El entrenador japonés Hajime Moriyasu hizo dos cambios ofensivos para salir a jugar el segundo tiempo y los resultados fueron inmediatos por cortesía española. En una falla de salida, Simón jugó una pelota bombeada contra el lateral izquierdo Alejandro Balde, que la perdió ante la presión rival y Doan, recién ingresado, facturó con un potente remate de zurda.
La sorpresa fue mayor cinco minutos después, en un ataque en ráfaga, que dejó a Tanaka en la boca del arco para asegurar el segundo tanto. La jugada fue a revisión del VAR por una posible salida por la línea de fondo, pero finalmente se convalidó la ventaja.
España se exponía así a una salida del Mundial en caso de un nuevo gol de Costa Rica, que ya había empatado 1-1 en el otro partido del grupo. Luis Enrique renovó la ofensiva con Ferrán Torres, Marcos Asencio y Ansu Fati.
Con Japón nuevamente replegado, el conjunto europeo mostró mucha gestión de balón sin encontrar espacios para finalizar cada jugada. Los nipones se volvieron cada vez más tenaces en la marcación y veloces para atacar las espaldas.
Durante tres minutos España estuvo afuera del Mundial hasta que Kai Havertz volvió a darle la igualdad a los alemanes, que finalmente se encaminaron al triunfo para tranquilidad de "La Roja".
Hasta el final, el equipo japonés se defendió con mucha concentración y celebró en grande su victoria en el grupo que, hasta el momento, repite sus mejores actuaciones en 2002 (fue organizador junto a Corea del Sur), 2010 (Sudáfrica) y 2018 (Rusia).