El poder ejecutivo del vecino país busca minimizar los efectos de la crisis económica.
Un día después de que la economía de Brasil entrara técnicamente en recesión tras dos trimestres registrando un crecimiento negativo, el ministro de Hacienda de ese país, Joaquim Levy, intentó ayer enviar una señal de tranquilidad a los agentes del mercado con declaraciones que apuntaron a un eventual repunte del escenario actual.
En un discurso durante un congreso de mercados financieros celebrado en Sao Paulo, el jefe de las finanzas del gobierno de la Presidenta Dilma Rousseff indicó que “ya estamos comenzando a ver un repunte. Si las cosas se tranquilizan hacia el final del año, vamos a observar una mejoría”.
En su discurso, Levy valoró positivamente el aporte del sector externo a la economía de Brasil, especialmente por el aumento de las exportaciones, factor que según el ministro puede incidir de manera importante en la reactivación de la producción industrial. La autoridad también enfatizó que el país no debe continuar lamentándose por el “fin de ciclo” de los precios altos de las materias primas y aseguró que tienen que aprender a “vivir del sudor de su frente”.
Sus palabras buscaban reafirmar la postura expresada el viernes por Rousseff, quien señaló que Brasil “superará las dificultades momentáneas”.
La prolongada contracción de la economía brasileña, que durante dos trimestres acumula un crecimiento negativo (-0,7% entre enero y marzo y -1,9% entre abril y junio) supone otro duro revés para el gobierno de Dilma Rousseff. Su administración se encuentra fuertemente cuestionada por el manejo de las finanzas y por la crisis política que se desencadenó tras destaparse el escándalo de corrupción en Petrobras, donde aparecen involucrados, entre otros, importantes dirigentes del oficialismo.
El incremento de la inflación, el aumento de los tipos de interés y la pérdida de confianza del empresariado y la ciudadanía frente a la compleja situación económica han afectado de manera importante la inversión y el consumo en los últimos meses.
Fuente: La Tercera.