En abril de este año, la cartera que conduce Carla Vizzotti estableció, mediante una resolución, un sistema automático para el reajuste de las cuotas, que regirá al menos para lo que resta de 2022.
El mecanismo está basado en el avance de un índice de costos de la salud elaborado por el Gobierno. Según lo entonces dispuesto y las modificaciones que introdujo otra resolución, la 1293, de fines de junio, las autoridades deben publicar cuánto subieron, al último día de los meses pares del año, los costos del sector sanitario en un bimestre.
Y el porcentaje indicado para cada período es el índice en el que las prepagas pueden subir sus precios. Los aumentos deben ser comunicados a los asociados con al menos 30 días de anticipación.
Para el armado del índice de costos se consideraron cuatro elementos:
- Costos vinculados con los recursos humanos y se consideran, puntualmente, los porcentajes de mejora salarial incluidos en las negociaciones paritarias para el personal de sanidad que trabaja en las clínicas privadas.
- Valores de los medicamentos, para el cual se observa la evolución de los valores de referencia de un listado de productos, elaborado por las autoridades de Salud.
- Precios de los insumos médicos, y se toma en cuenta la variación del rubro “Productos medicinales, artefactos y equipos para la salud”, que conforma el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec.
- Otros insumos y gastos generales”, que es, directamente, la variación del IPC.
El factor que más peso tiene para el cálculo del índice es el de recursos humanos.
La normativa también prevé que las entidades financiadoras (prepagas) deben trasladar una determinada porción del aumento aplicado a las cuotas a los aranceles que les pagan a los prestadores (clínicas, sanatorios, centros de atención y de prácticas de diagnóstico en general).
Tanto para el caso de agosto como para el de octubre, se dispuso que ese reajuste de valores debe ser del 90% del índice de suba de precios.
Por eso, con el incremento del décimo mes del año, las prepagas deberán actualizar en un 10,38% los valores pagados a quienes dan servicios médicos.
En lo que va de 2022, y siempre con autorización otorgada por el Gobierno, los planes de salud se encarecieron 9% en enero; 6% en marzo; 6% en abril; 8% en mayo; 10% en junio; 4% en julio y 11,34% en el actual agosto.
La puesta en marcha de un mecanismo para determinar reajustes en función de la evolución de un índice vinculado a los costos es una política que trajo conformidad a los directivos del sector de las prepagas, porque valoran que los precios dejen de depender de la discrecionalidad de los funcionarios.
De punta a punta, en 2021, con una inflación de 50,9%, la actualización de cuotas fue de alrededor de 47%.
Quiere decir en los últimos dos años el costo de las prepagas rondará un 160%, lo que lleva a que cada vez más familias se pasen a planes más económicos, o directamente den de baja el servicio y deban depender del hospital público.