Los guardaparques provinciales, dependientes del Ministerio de Ecología, llevaron adelante este procedimiento entre los días 11 y 13 de julio.
Por caminos internos, llegaron a afluentes de los arroyos Garupá y Naranjo. Fue en esos lugares donde hallaron las trampas y cebaderos.
En tanto que en una embarcación navegaron por el río Paraná, desde Candelaria, bajando hasta la desembocadura del Garupá y recorriendo por este todo el límite de la Reserva Urutaú. En ese recorrido, levantaron arte de pesca ilegales como redes y espineles. Además, secuestraron un bote.