La sentencia, emitida el 19 de diciembre de 2024 y recién publicada en el Boletín Oficial de la provincia, confirma lo que muchos sospechaban: la caja municipal es un desorden absoluto.

El informe revela inconsistencias graves en los números presentados por la Secretaría de Hacienda, con ingresos y egresos poco claros que impidieron una correcta auditoría. Esta situación no es nueva: en 2008, bajo la gestión de Claudio Filippa, el municipio ya había sido sancionado por el Tribunal de Cuentas, lo que deja en evidencia una preocupante reincidencia en el manejo opaco de los recursos públicos.

La sentencia 1025/2024-TC no solo rechaza el balance municipal, sino que también impone cargos económicos y multas a los responsables, quienes ahora deberán responder por su cuestionable gestión.

El expediente había sido aprobado previamente por el Concejo Deliberante, pese a las advertencias de la oposición. Sin embargo, el Tribunal de Cuentas, en un análisis más profundo, dejó al descubierto un manejo desprolijo y posiblemente fraudulento de los fondos.

Con estos antecedentes, la ciudadanía se pregunta: ¿hasta cuándo se permitirá que la administración municipal juegue con los recursos de los contribuyentes sin consecuencias reales?