La detención de diez motociclistas por maniobras temerarias y ruidos molestos en Posadas desató una ola de comentarios en redes sociales. Cientos de usuarios aplaudieron el accionar policial, reclamando mayor control sobre quienes circulan sin casco, sin papeles y con escapes libres, mientras que otros expresaron reparos por la forma en que se ejecutó el operativo.
La publicación de Misiones al instante sobre el procedimiento realizado por el CIO-911 y las divisiones motorizadas de la Policía provincial superó los 300 comentarios y generó un intenso debate en Facebook. La mayoría de los lectores celebró la medida, calificándola como “necesaria” y “esperada hace tiempo”, ante el constante reclamo vecinal por el ruido y la inseguridad vial.
“Excelente, por fin tomaron medidas con estos irrespetuosos”, comentó Ricardo Vera, acompañado de varios aplausos virtuales. “Son una plaga, se creen los dueños de la calle y molestan a todos”, añadió otra usuaria, mientras que un lector ironizó: “Multas no, trabajos comunitarios limpiando baños y plazas”. Los mensajes de apoyo se repitieron con entusiasmo: “Buenísimo”, “Calidad”, “Felicitaciones”, “Hermoso, que hermoso”, “Por fin”, fueron algunas de las respuestas más recurrentes.
Otros usuarios mostraron su fastidio por la impunidad con la que, aseguran, se mueven estas caravanas. “No dejan dormir, no dejan mirar la novela, pasan a cualquier hora haciendo ruido”, escribió un vecino, mientras que otro pidió “más presencia en las avenidas Bustamante, San Martín y Santa Cruz”, donde según denunció, los motociclistas hacen “corte y al palo hasta la madrugada”. También hubo quienes reclamaron que los operativos se extiendan a Candelaria y Garupá, donde “las motos sin luces y escapes libres son moneda corriente”.
En medio de la indignación, algunos comentarios mezclaron bronca con sarcasmo: “Se creen genios y son reverendos lacras”, lanzó un usuario, mientras que otro escribió: “Por fin el 911 no se estaba rascando como siempre”. También hubo quienes apuntaron contra la falta de educación vial: “El problema no es la moto, es la cabeza de algunos. No respetan nada ni a nadie”.
De todos modos, el debate no estuvo exento de polémica. Un grupo menor de usuarios consideró que las sanciones fueron excesivas y que “no todos los motociclistas son iguales”. “Siempre meten a todos en la misma bolsa, algunos solo pasean o van a trabajar”, se quejó un joven. Otros pidieron “más alternativas de esparcimiento” para los aficionados a las motos y que se habiliten circuitos cerrados para evitar que las calles se conviertan en pistas improvisadas.
Pese a las diferencias, la tendencia fue clara: la mayoría coincidió en que los operativos deben continuar. “Felicitaciones, son patotas peligrosas”, escribió una mujer, y otro vecino cerró con una frase que resumió el clima general: “Esto tiene que cambiar. Ya no se aguanta más vivir entre el ruido y el peligro”.
El operativo también reavivó un reclamo más profundo: la necesidad de políticas sostenidas de control y educación vial. Muchos vecinos señalaron que las multas por sí solas no alcanzan y pidieron sanciones ejemplares, como la incautación definitiva de motos o la obligación de realizar tareas comunitarias. “Porque si solo les cobran, al día siguiente salen con otra moto robada o prestada”, opinó un lector. En tanto, otros insistieron en que debe existir un “trabajo integral” entre la Policía, el Tribunal de Faltas y los municipios para evitar que el problema se repita cada fin de semana. La conversación, encendida y masiva, dejó en claro que el hartazgo ciudadano por los ruidos y maniobras peligrosas ya se convirtió en una demanda colectiva.