Flamengo venció 1-0 a Racing por el partido de ida de la semifinal de la Copa Libertadores. En el Estadio Maracaná, la Academia aguantó lo que pudo gracias a un Facundo Cambeses descomunal bajo los tres palos. Sin embargo, una carambola terminó dándole la victoria al equipo brasileño.
No fue un buen partido de Racing en ningún aspecto. Ni con pelota, ni sin pelota. A la Academia le costó implementar con eficacia su plan de juego, que se centró en defender cerca de su arco y apostar a los contragolpes.
Sin embargo, no logró ser ordenado en el bloque bajo para aguantar los embates del Flamengo, y tampoco estuvo lúcido cuando tuvo que avanzar en ataque y proponer algo cuando tenía la posesión.
El equipo de Gustavo Costas no era candidato y las expectativas estaban puestas en el Mengao, un poderoso equipo brasileño con economía europea. Con el Maracaná como marco, mantener el arco en cero era el negocio que intentó llevar a cabo Racing.
El que mejor entendió cómo implementarlo fue Facundo Cambeses, el arquero. Rápido de reflejos, seguro, imbatible, Cambeses fue la figura de la Academia y tuvo actuaciones para el recuerdo. Según cómo sea el desenlace de esta llave de semis y de la Copa, las atajadas del guardameta pueden adquirir una relevancia histórica.
Cambeses, que justificó la reciente convocatoria a la Selección Argentina, mantuvo a su equipo con vida todo lo que pudo. Una, y otra, y otra vez. Del otro lado, sus compañeros no lograban mantener la posesión o intentar construir otros ataques que no fueran pelotazos largos a Maravilla Martínez o Santiago Solari.
Flamengo no brillaba. No lo hizo en todo el encuentro. Pero sí se acercó reiteradamente al arco de Cambeses y tuvo varias chances de gol. Finalmente, la única forma de vulnerar al arquero argentino fue a través de una carambola. Carrascal (ex River que tuvo una gran actuación) capturó un rebote, pateó y la pelota dio en un Marcos Rojo que no tuvo responsabilidad: la pelota lo encontró y se metió adentro. Gol en contra.
Racing no se lleva el resultado que más le hubiera gustado, pero no deja de ser un marcador que puede revertir. La semana que viene, en el Cilindro de Avellaneda, irá por la hazaña.