"Todavía no estoy bien", reconoció el pontífice al encabezar la Audiencia General en el Vaticano, con la voz cansada luego del estado gripal y pulmonar por el que el martes canceló la visita de tres días que tenía prevista a Emiratos Árabes Unidos para participar de la cumbre ambiental COP28.
Durante la audiencia, el Papa prefirió no leer la catequesis preparada, que fue leída a los fieles por un oficial de la secretaría de Estado, sino que se limitó a los mensajes finales, enfocados en saludos a delegaciones y un pedido renovado por la paz en Medio Oriente.
De hecho, el tradicional encuentro semanal con los fieles se hizo en la estructura techada del Aula Pablo VI y no a cielo abierto en la Plaza San Pedro, donde el otoño romano ya tiene temperaturas bajas para la salud del Papa.
Francisco, de 86 años, arrastra una inflamación pulmonar por la que recibió antibióticos por vía intravenosa y desde el fin de semana lo obligó a limitar su agenda.