En
el caso puntual de Misiones, en los últimos cinco años se han registrado
numerosos paros durante el año académico, lo que provocó pérdidas de días e
incluso semanas de clases y suspensiones de mesas de examen. Con el afán de
conseguir aumentos salariales, los educadores siempre eligieron el mismo
camino: convocar a extensos paros y dejar a los chicos sin clases.
Si bien es entendible el reclamo e incluso en gran medida es justo, no se entiende la nula preocupación de los docentes por los alumnos, quienes muchas veces se retrasaron académicamente debido a pérdidas de clases o de mesas de examen.
“En el 2013 ingresé a la Facultad de
Humanidades de la UNaM y no hubo un sólo año donde no hayan hecho paro. Encima
cuando volvía toda a la normalidad, las clases pérdidas las daban como ya dadas
y tomaban todo eso en los exámenes”, contó una estudiante de la carrera de
Comunicación Social, quién aseguró que eso repercutía en un mal rendimiento
general.
Agregó
que “a ellos los único que les importa es cobrar más, la enseñanza es lo último
en sus prioridades. Entiendo que quieran ganar más pero se puede reclamar de
otra forma. Ellos cobran abultados sueldos y son los que más se quejan, siendo
que otros trabajadores laburan el doble que ellos y no cobran ni la mitad. Hay
profesores que no llegan a las 10 horas semanales y perciben más dinero que
aquellos que hacen hasta 40 horas”.
Durante
el 2018, muchas veces los docentes resaltaron la consigna de “defender” la
educación pública y gratuita y repudiar el desfinanciamiento que sufren las
universidades. A la UNaM, por ejemplo, el Gobierno le debe tres meses. Años anteriores,
donde la situación era mucho más favorable, los docentes igual paraban y
dejaban a alumnos sin clases, por lo que esa teoría de que paran para “cuidar”
la educación pública se cae a pedazos. Año a año hacen lo mismo, sin importar
quién sea el presidente.
Incluso
la flamante rectora de la Universidad Nacional de Misiones, Alicia Bohren,
habló con los medios hace unos días y si bien repudió las deudas de la Nación
con la alta casa de estudios, aclaró que los paros como medidas de fuerza
afectan a los estudiantes y dijo que lo ideal es tener a los chicos en el aula
para no afecta sus rendimientos y lograr que se puedan recibir en tiempo y
forma.
“Por año perdemos en promedio ente 15 y 20 días de clases y en general no se recuperan más”, manifestó un estudiante de Trabajo Social.
Por su parte, una
alumna que cursa sus estudios en la Facultad de Ciencias Exactas, comentó “tenemos
un profesor que está más tiempo en la tele que en el aula, se la pasa quejando
en todos los canales sobre su sueldo pero casi nunca da clases y cuando lo
hace, el 80% se la pasa hablando de política, de enseñar ni hablemos”.
Agregó
que “no somos tontos vemos como se mueven con sus autos que valen mucho dinero,
no tienen necesidades económicas y reclaman como si se estuviesen muriendo de
hambre. Nos perjudican a nosotros, no al Gobierno, no les importa enseñar, solo
quieren más plata. Hay algunas excepciones, pero lamentablemente son pocas. Lo
triste es que al presidente Macri tampoco le interesa, cada uno mira lo suyo”.
Una
estudiante avanzada de Ciencias Económicas, apoyó a los docentes y subrayó que
el reclamo es justo dado que la única manera que tienen de ser escuchados es
yendo al paro. “Si ellos reclaman dando clases nunca les van a dar lo que
piden. Es cierto que ganan mucho pero para eso se mataron estudiando. Yo quiero
ser profesora algún día y haría lo mismo que ellos”, acentuó.
Lo
cierto es que los días de clases se pierden año tras año y el último paro
afecta directamente a las mesas de examen. “Necesito si o si aprobar una
materia para poder cursar todo el segundo cuatrimestre. Me preparé dos meses
con una profesora a la cual tuve que pagar porque las clases que dan estos
presuntos defensores de la educación dan mucho que desear. Y ahora suspenden
todo y me arruinaron la mitad del año académico, cuando les reclamo hacen oídos
sordos, solo están atento a sus bolsillo”, reclamó una alumna del profesorado
de Biología.
Todos
los años pasa lo mismo. Docentes pidiendo más plata, aulas vacías y alumnos
viendo como sus rendimientos académicos se ven afectados por una guerra entre
gremios docentes y el Gobierno.