En la previa del partido se vivió el momento de mayor voltaje cuando la Selección irrumpió los protocolos de los himnos para interceder ante la represión policial sobre los hinchas argentinos.
Esto derivó a que el capitán Lionel Messi tomara la determinación de retirar al equipo del campo de juego. Sin embargo, varios minutos más tardes, con las garantías necesarias, los jugadores regresaron y dieron lugar al encuentro ante Brasil que aguardó la reanudación.
En cuanto al encuentro, el clima que se vivió en las tribunas se trasladó a los protagonistas, que disputaron cada pelota como si fuese la última. Esto dejó a los locales con una imagen de juego áspero en el primer epílogo, aunque se salvó de forma polémica de tener expulsado a Gabriel Jesús por un codazo a Rodrigo De Paul y de sufrir un penal en contra por una falta sobre Giovani Lo Celso, que no fue revisada en el VAR.
A lo que juego se refiere, poco y nada hubo en el Maracaná, ya que Argentina tuvo algunos destellos de su juego cuando Messi -que recibió asistencia por una molestia en dos oportunidades- logró participar. De todos modos, no pudo ser constante ante un Brasil que por momentos fue amarrete y que llegó con acciones aisladas.
Aunque los embates fueron aislados, los dirigidos por Fernando Diniz se las ingeniaron para poner en aprietos a Argentina con un tiro libre de Raphina, que logró desviar Otamendi, y luego con un remate de Gabriel Martinelli, en el que intervino Cristian "Cuti" Romero para salvar el tanto sobre la línea.
En el complemento, la historia no fue la misma para la Selección, ya que en los primero minutos se vio sometida por un Brasil asfixiante y punzante, con lo que logró ponerla en serios aprietos, pero nuevamente el arquero Emiliano "Dibu" Martínez se calzó el traje de héroe y le ahogó el grito de gol a Rapinha y Martinelli.
El panorama era poco alentador para la "Scaloneta", pero una triangulación aislada derivó a un tiro de esquina que fue la llave para abrir el marcador: Otamendi cabeceó un centro de Giovani Lo Celso para poner en ventaja al campeón del mundo.
La ventaja para Argentina significó un verdadero mazazo para el conjunto brasileño. Los dirigidos por Diniz se sumergieron en sus propios nervios y no solo quedaron lejos del arco nacional, sino que golpearon por demás y esto dejó lugar para la expulsión del reciente ingresado Joelinton, quien agredió a De Paul.
Argentina fue inteligente, distribuyó la pelota, se plantó ante el juego brusco del rival cuando tuvo que hacerlo y con este combo logró llevarse un triunfo histórico de las tierras brasileñas, en las que dejó sin invicto al local tras 69 años.