Empecemos por dejar claro cuáles son las horas más problemáticas: entre las 12 del mediodía y las 17 de la tarde es cuando mayor riesgo hay de quemarse, porque los rayos solares nos alcanzan de manera más directa. Tampoco es que haya que dejar de ir a la playa por completo entre esas horas, pero es preferible evitarlas en la medida de lo posible, especialmente si tenemos un tipo de piel sensible, lo cual suele ser el caso en personas rubias y pelirrojas.
Y, si tomamos el sol a esas horas, es muy importante hacerlo con precaución, con protector solar y sin que el tiempo de exposición sea prolongado. Y ojo, porque aunque el cielo esté nublado, podemos quemarnos igualmente, ya que las nubes no impiden que la radiación del sol pase a través de ellas.
Las horas más apropiadas y seguras para tomar el sol son desde que amanece hasta las 11 de la mañana, y desde las 18 de la tarde hasta el anochecer. Durante esos momentos del día, podemos sentir la calidez del sol y aprovechar sus beneficios, sin tener que preocuparnos tanto por los efectos adversos. Por último estarían las conocidas como horas de transición, de 11 a 12 y de 17 a 18, que estarían a medio camino entre el sol más abrasador y el más benigno; si vais a la playa durante esas horas, tened también cierto cuidado.
Además del ya mencionado uso de protector solar, lo cual es algo esencial aunque no del todo infalible, también resulta muy importante estar bien hidratado: llevad agua cuando vayáis a la playa, o incluso si vais a estar en la calle durante el día en esta época tan calurosa. Esto hará que vuestro cuerpo esté en muchas mejores condiciones de hacer frente al calor y a los rayos solares.